Me he dado cuenta que me cuesta un montón poner en orden mis ideas.
Pero no es solo eso, también me cuesta mandarme a escribir. Hoy intento cruzar esa raya.
Ha pasado media vida desde que empecé este blog. Aquí, siempre me mandé a escribir. Escribía fatal, casi a la velocidad de mis pensamientos. Odiaba usar puntos y comas, pero no me sentía tan mal por eso, porque alguna vez me dijeron que Gabriel García Marquez escribía así, sin respetar las reglas de ortografía y me sentía respaldada. Vuelvo a este blog para quitarme ese bloqueo.
Hoy, que intento cruzar esa raya, necesito poder ordenar mis ideas y necesito poder escribir lo que pienso. He empezado una carrera donde debo escribir todo el tiempo sobre lo que aprendo (y cómo lo entiendo, mi punto de vista, etc), casi después de cada clase, y me cuesta, me da vergüenza. Lo curioso es que antes no me daba vergüenza. Antes escribía aquí mis grandes desilusiones y lo mal que la pasaba, pero también contaba cosas bonitas, no eran tantas, pero el otro día que empecé a leer mis entradas pasadas, me dio ternura, esa daniela de 24 años, dejando el corazón en este blog.
Pensé que era domingo y estaba apunto de proponerme escribir cada domingo, pero supongo que da igual si es domingo o lunes. Intentaré escribir al menos una vez a la semana.